Persona. Mujer.

"El pecado más imperdonable socialmente es la independencia de pensamiento" Emma Goldman
NAM
Irremediablemente politizada,cargada de ideología,y sin intención de tirar lastre.
Digo lo que pienso y al que no le guste que siga de largo.

viernes, 20 de agosto de 2010

LA TENEMOS EN LA MANO



Corre el siglo XXI, y es ahora o nunca.
Las mujeres tenemos la oportunidad de dar vuelta la taba, o dejarla como está.
Es ahora o nunca?.
Es cuando tomamos conciencia, como todas las cosas de la vida.
Es ahora, es más tarde, fue antes.
En cada momento  en que una mujer tomó conciencia de su lugar, de su situación, de la injusticia, del

abuso, de la segregación,de la falta de derechos, de los matrimonios arreglados,de la imposibilidad de

acceder a una educación, de la propiedad privada y de la privacidad atropellada.
Las mujeres, hoy más que nunca antes, tenemos la posibilidad en la mano.
Tenemos la cultura en la mano.
Para nosotras, y para las que vendrán.
En donde haya una mujer, hay posibildad de tomar conciencia y reaprender nuestro lugar en este

mundo, rebelarnos y establecer uno nuevo.
La cultura no se hace sola, y nosotras educamos a los hombres, "con la leche templada y en cada

canción"; son mujeres quienes moldean la mente de los pequeños hombres y las pequeñas mujeres

para que entren ya domesticados a una cultura que tiene valores establecidos, que en muchos casos, es

necesario cambiar.
No podemos aceptar más tener sueldos menores a misma tarea sólo por ser mujeres, no podemos

aceptar que se nos atropelle el cuerpo a manos de la violencia concreta, ni de la legal, que parece

abstracta, pero deja de serlo cuando ponemos nuestra anatomía en ello.
No podemos aceptar que las publicidades nos fuercen a ser las "especialistas " en lavado de ropa,

manchas de grasa en la cocina, fregado de utensilios, sarro de inodoros, brillo de pisos,o la comida de

toda la familia.
No podemos aceptar más que se nos descalifique, desde todos los frentes, por cumplir años,no

podemos envejecer, es un mandato.
No arrugas, no al cuerpo que cambia, debemos parecer eternamente de veinte.
Yo me niego a ello.
Quiero tener derecho a todo, también a cumplir años y que se me note, y aún así estar presente y activa

en todas las cosas.
Está en nuestras manos un cambio que haga la diferencia.
Y entender que cada derecho trae una obligación. Algo que la educación de algunas mujeres aún no permite ver con claridad.
No podemos seguir exigiendo que se nos dé el asiento solo por ser mujeres, o pretender que un hombre nos mantenga solo porque se casa con nosotras.
Abandonar la comodidad es bueno, trae movimiento como consecuencia, y el movimiento es estar vivo.
Nosotras, congéneres, tenemos la oportunidad en la mano.



NAM.

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